Asúmelo.
No eres esa persona perfecta que una vez quisiste ser, no eres ese ser tan maravillo del que todos hablan y cuya presencia se nota nada más llegar a un lugar, no eres ni la persona más alta del mundo, ni la más guapa, quizás no seas ni siquiera la más popular, tampoco tienes millones de seguidores en redes sociales, quizás solo tengas a unas pocas y a algún que otro desconocido que no sabes ni porque te agregó. Pero déjame decirte algo: eres una persona única y eso te hace ser alguien genial.
Sometidos a un constante bombardeo de ser de una determinada forma estamos cayendo en depresiones, en cuadros de ansiedad por no poder ser como nos dicen que debamos ser, como esas personas que quizás seguimos por redes sociales. Nos dicen que debemos vestir de una manera, pensar de otra, te dicen que debes tirar hacia cierta ideología y que la otra, la contraria, es la mala, mientras te dicen que debes ser libre de pensar. Te dicen que debes de vestir de una determinada manera, que debes tener cuantos más seguidores mejor, te dicen como debes decorar tu casa, no te aconsejan, directamente te dicen, como si la vida fuese un listado de cosas preestablecidas y con unas normas que nadie a escrito, si, no, si, no, tal vez ¿tal vez? El tal vez no sirve así que bueno, será que si, o que no.
Nadie se preocupa por la realidad, todos hablan de no ser superficiales, que la belleza está en el interior pero ¿cuantos se preocupan por ella? A la gente no le importas si estás bien o mal, incluso te dirán que no vayas a contar tus problemas a las redes sociales y si lo haces debes asumir las consecuencias que no serán otras que ataques por escrito en toda regla por hacer lo que estás haciendo. Resulta irónico a la vez que cínico que se hable de libertad mientras encierran a las personas en unos estereotipos en los que nadie cree pero que todos asumen.
Hemos olvidado a las personas, así de claro, hemos olvidado el nombre por el objeto, en la red solo eres un nick o un número, no cuentas más que para sumar estadísticas. Porque debes actuar de una determinada manera que, por lo general, será de la que otras personas que ni te conocen te dirán que debes comportarte, porque como seas como realmente eres y pienses por ti mismo te van a criticar, si decides ser como realmente quieres ser te van a apartar virtualmente, y por desgracia el mundo virtual y el tangible tienen un muro con una puerta en medio. A nadie se le escapa que vivimos en un mundo donde lo virtual y lo tangible se dan la mano.
Y lo siento, voy a ser una de esas personas que te van a decir como debes ser: haz lo que realmente te apetezca, así de simple. Todos buscamos nuestro camino en la vida, me atrevería a decir que nunca dejamos de hacerlo incluso cuando el final de nuestros días está llegando, buscamos sin saber que estamos buscando realmente ¿la felicidad, nuestra propio camino? Pero ¿cual es el camino? Unos te dirán que es hacía el éxito algo que tampoco podrían definir, éxito puede ser para algunas personas tener miles de seguidores, para otras simplemente alcanzar sus propios objetivos más mundanos: acabar de leer un libro, terminar un cuadro con el que llevas tiempo o simplemente pasar más tiempo con tus seres queridos.
Pero estamos sometidos a una presión constante del “debes ser de una determinada manera”, nadie nos pregunta como queremos ser, parece que a la sociedad no le importa, preferimos personas prefabricadas. Nadie nos pregunta si somos felices, pero debemos ser ¿verdad? Quizás estemos perdiendo a gente maravillosa la cual simplemente, queriendo encajar en una sociedad que te empuja a ser de una determinada manera, sacrificamos nuestra felicidad por encajar en una sociedad que no pregunta, debe ser, debes escuchar, debes pensar.
Nadie te va a preguntar si estás bien, la sociedad te dice que tienes que tener redes sociales, escuchar una determinada música, quizás alguna que otra variante pero poco más, te dicen que colores encajan entre si y por eso deberías vestirte de una determinada manera, tienes que tener una ideología concreta, la sociedad aparta los que escogen su propio camino. Y quizás no te apetezca tener redes sociales, quizás te apetezca ponerte una prenda que a ti te gusta, quizás te apetezca decir algo en internet, y estoy seguro que hagas lo que hagas te criticarán, la sociedad no quiere gente libre, gente que hace su propio camino, que escoge ideas totalmente variadas, esa gente da miedo porque esa gente es libre y la sociedad no entiende la libertad.
Porque hagas lo que hagas te lloverán criticas, así que adelante, que te critiquen por ser feliz, por elegir tu propio camino ¿no te apetece tener redes sociales? Adelante, eres totalmente libre de hacerlo ¿te apetece escuchar un disco de metal extremo y luego algo de flamenco? Adelante, hazlo ¿que te apetece comerte un buen plato de cocido madrileño? Date el gustazo, no tienes que mostrar tu cuerpo y si lo haces ole tus michelines. Y quizás te extrañe pero es genial no preocuparse por estadísticas ni estar pendiente de si alguien a subido algo a redes sociales, es genial sentirse libre eligiendo tu propio camino. Da igual como pienses o como vistas, da igual que música escuches o que tipo de libros leas, y desde luego da igual si eres alto, bajo, rellenita, blanco, si vistes de blanco o verde limón, eres una persona única y sin duda alguna ello significa algo que siempre deberías tener...libertad,