Quizás no sea necesario…

Cuando una ex amiga criticó mi “no exposición social en redes”, supe que estaba haciendo lo correcto, la nula exposición de la vida no es algo ni nuevo ni que se deje de hacer, no es algo nuevo pero si algo que quizás no sabías que se podía hacer.

Sumidos en un mundo de la sobreexposición vivimos siempre bajo la falsa creencia de que debemos poner todo, o casi todo, sobre nosotros en la red. Nos han educado en la falsa teoría de “si quieres ser tienes que estar”, una especie de ley no escrita en la que debes exponer tu nombre, apellidos, de donde eres, que haces o que dejas de hacer e infinidad de datos personales que te sugieren que pongas pero que a lo que nadie te obliga salvo en formularios y documentos oficiales aunque sea un simple pago por la red en cuyo caso se puede comprender que debas poner datos personales.

Pero vivimos en un mundo donde si quieres ser tienes que estar, y para ello tienes que exponer o bien tu vida o bien parte de ella. Las redes sociales se han convertido en un agujero enorme donde nuestra privacidad queda relegada a un plano imaginario, aquellos que algo saben sobre seguridad informática saben que una cosa es lo que tú muestras en la red y otra muy distinta lo que realmente estás mostrando que, por lo general, suele ser mucho más de lo que crees. Y no es cuestión de metadatos y elementos “invisibles” en el contenido multimedia (que lo es) es saber que existen infinidad de elementos a tu alrededor que ya dicen mucho más de lo que crees ¿en serio nadie se a fijado en un detalle en las direcciones de Facebook? Pues eso.

Y quizás sea algo que olvidemos, al fin y al cabo queremos estar ¿verdad? Y para ello tenemos que exponer nuestra vida, ahí, a lo bruto ¿pensar en las consecuencias? Una de las cosas en las que destaca la estupidez humana es en la que primero actúa y luego piensa, vamos a realizar algo y luego ya si eso nos quejamos. Exponerse en la red al fin y al cabo es exponerte a que alguien te critique, bienvenidos al mundo del insulto rápido “no te conozco de nada pero te voy a insultar porque lo que haces no me gusta” pero eh “no haberlo subido”.

Damos datos reales en infinidad de ocasiones, algunas veces lo hacemos de manera puntual, (una vez das un dato lo das ya para siempre) en otras son pequeñas migas de nuestra privacidad que vamos dejando a lo largo de la red, la conocida “huella digital”, pequeños fragmentos de nosotros mismos que hacen que se pueda seguir el rastro para que se sepa todos sobre nosotros. Y no es algo complejo, al fin y al cabo ¿te gusta tu móvil verdad? Ese el cual has pagado y dado de alta con nombres, apellidos, dirección de casa dándole a tu compañía telefónica todos tus datos ¿ah que ya lo estás usando? Has tenido que iniciarlo y si, acabas de soltar datos personales.

Dicho de esta forma parece que sea un mensaje de alarmismo, de que te están vigilando, a ti, que vives en un barrio humilde y que subes videos a redes sociales los cuales no llegan ni a las 100 visitas contando amigos y familiares. Pero nada más lejos de la realidad, cualquiera de tus dispositivos ya está ofreciendo información sobre ti, tus gustos, que te gusta ver, que páginas visitas, que música escuchas, al fin y al cabo no debes olvidar que para las grandes empresas tu eres datos que recopilar y luego vender para ofrecerte publicidad, en ocasiones directa, en otras de manera tan sutil que no te das cuenta. Guste o no guste ciertos datos personales no vas a poder evitar darlos pero no todos.

Porque al fin y al cabo te dicen que “escribas tú nombre” pero nadie te dice “Tienes”, pero lo damos por “hay que ponerlo”, quizás te puedan vender la escusa de “es para personalizar los servicios” porque decir “es para meterte publicidad” queda feo pero la elección de poner datos personales o exponer tu vida en la red es solo tuya. Nadie te obliga a poner tu nombre real con apellidos en programas o servicios de mensajería, nadie te obliga a subir una fotografía de tu rostro, “es para que tus contactos sepan quien eres”...si tus contactos necesitan una fotografía tuya real para que sepan quien eres cambia de contactos, que vale, que la frase “¿y este o esta quien es?” todos la hemos soltado pero no por ello hemos dejado de reconocer a la persona que tenemos en nuestros contactos. Con todo esto no estoy diciendo que no demos nombres reales o fechas a nuestros contactos, el cariño hacia los que nos rodean, incluyendo a los que debido a la distancia no puedes tener cerca, hace que ciertos datos se den. Pero eso no significa que debas ponerlos el web o aplicaciones, no, no es necesario, nadie te obliga a ello, eres tú con los tuyos no con el resto del mundo.

Está bien ser invisible, no exponer tu vida en la red y no poner datos reales hace que vivas más tranquilo, que no tengas que preocuparte porque la gente sepa tu vida, puedes hacer lo que realmente te apetezca, puedes ir donde quieras, hablar con quien te apetezca, no hay barreras, tienes el control total sobre tu vida sin necesidad de exponerla públicamente. Y sucede algo bastante divertido siempre bajo la base del respeto y cariño hacia los que te rodean...puede sorprender a la gente sin que esta sepa quien eres realmente.