Quizás sea momento de asumir la culpa…
Mirarnos al espejo y decirlo bien claro, así que repitamos todos juntos ante el espejo “¡Cínico!”, suena directo, quizás un poco cruel para llamar a una persona que más o menos se conoce, pero nos lo merecemos, hemos caído en el lado absurdo de la hipocresía humana, vamos a criticar pero vamos a usar, vamos a dar la bienvenida al cinismo del uso de WhatsApp.
Leía hace poco un interesante articulo en el cual el autor “Ploum” comentaba lo bien que le fue dejar de usar WhatsApp, y sin duda alguna acertaba en casi todos sus argumentos, deberíamos huir de los radicalismos para abrazar a la persona pero sin que sus ideas o decisiones formen parte de nuestra vida aunque las escuchemos. Y lo cierto es que si nos paramos a pensar WhatsApp es una de las aplicaciones que, lejos de los medios convencionales, más se critican, quizás más por la empresa que está detrás antes que por la propia aplicación en si. Se critica pero irónicamente es una de las más usadas, algo falla.
Y falla en la sumisión social, nos han vendido la idea de que WhatsApp es necesario, es una aplicación que si o si se instala en un smartphone, nos han vendido la idea de que tenemos que estar conectados y WhatsApp es la solución ¿otras? No, WhatsApp. Nos han vendido que nuestros contactos están ahí, en una aplicación de mensajería instantánea que ni es única ni a nivel extras, por decirlo de alguna manera, es la más completa. Nos han vendido que tienes que estar, que tienes que poner una fotografía de perfil para que tus contactos nos reconozcan, y que tienes que dar tu fecha de nacimiento, y de paso ¿nos das acceso a todos tus archivos multimedia? Claro que si “guapi”. Sabemos que Meta es amante del seguimiento, del saber que estás haciendo, que estás viendo, que páginas visitas, quienes son tus contactos y todo un amalgama de información personal, y nosotros hemos aceptado por el simple hecho de creer que la gente que nos importa está ahí.
Si se revisan las reseñas de WhatsApp en la Play Store veremos como estás son positivas pero sucede algo: las vemos pero no las comparamos, porque si las comparamos con su rival más directo (con permiso de otras grandes apps) que no es otro que Telegram, vemos como bueno, las reseñas de WhatsApp ya no son tan buenas. Si a nivel usuario somos nosotros mismos quienes realizamos las comparaciones vemos como WhatsApp no es tan buena tanto a nivel privacidad, personalización, funciones, etc pero ¿que aplicación usamos más? Eso es, WhatsApp.
Quizás un sector que sabe bastante de las diferencias entre WhatsApp y Telegram no sean otros que los usuarios de Linux, WhatsApp no tiene cliente oficial algo que si tiene Telegram incluso teniendo una versión en formato AppImage. Y quizás se pueda pensar que esto es un alegato a favor de Telegram y en contra de WhatsApp, nada que ver. Los usuarios que usamos Telegram en Linux sabemos que Telegram posee varias funciones que ya quisiera WhatsApp tener entre las cuales destacaría:
- Al ser multiplataforma puedo tener Telegram allá donde esté.
- Va genial a la hora de mover archivos entre dispositivos.
Por otro lado ¿quien necesita dar su teléfono en Telegram si este tiene nombre de usuario? Vale, WhatsApp está ahí tras esa función pero Telegram le lleva ventaja. A pesar de ello ¿cual es la aplicación más usada? Pues eso.
Pero deberíamos preguntarnos porque la criticamos y la seguimos usando, la respuesta no es otra que el imperativo social: si la usan tus contactos tu también tienes que usarla. Es cruel porque de esta forma las grandes masas no van a salir de WhatsApp y de vigilancia de Meta:
- Vamos a criticar Meta
- ¡De acuerdo!-
- ¿Y como lo haremos?
- ¡Usando sus servicios!
Ahí, con un par. Quizás la teoría del miedo tenga algo que ver ¿y perder tus contactos? ¿a que ser se le ocurriría eso? Habría que reflexionar sobre el hecho de perder amistades y contacto con gente que nos importa si solo usamos una vía de comunicación como es WhatsApp. Si tu lo usas y yo lo uso porque tu lo usas no vamos a avanzar nada. Y no es una novedad: Meta rastrea tu actividad, no es algo nuevo pero sabemos que se hace, anulamos nuestra privacidad solo porque tenemos miedo a perder nuestros contactos.
Cuando una vez se instaló Facebook en mi móvil sin que yo lo hubiese solicitado decidí investigar ¿yo instalar Facebook? Vamos, antes me pongo unas mayas rosas...os acabo de crear un trauma, lo se. La única app de meta que uso es WhatsApp, tras revisar encontré “Meta App Installer” y “Meta App Manager” las cuales, y por hacer un resumen rápido, realizaban la gestión y actualización de las app de Meta, un segundo ¿de eso no se encarga Play Store?, vaya Meta ¿que estás vigilando? ¡trae pan! Ya que te pones…
Pero a pesar de ello va a seguir siendo la referencia en cuanto a programas de mensajería, jugando con el miedo a perder tus contactos van a seguir espiando, van a seguir ralentizando tus dispositivos. Quizás sea el momento de plantarse, el cariño y el contacto de la gente no deberían pasar por una aplicación, quizás sea el momento de buscar una alternativa para no perder el contacto con nuestros seres queridos, de plantarse y decir que no, que algunas cosas no deberían estar permitidas, y meternos el miedo de perder a nuestros seres queridos es una de ellas.