Voy a bajar al parque…
Como en los viejos tiempos, a respirar un aire puro que no existe en una gran ciudad pero eh, con todo tipo de comodidades. Porque yo también fui un chaval así que al parque, con toda la tranquilidad del mundo así que ¡Niño, dame un buen balonazo! ¿que es eso de pasar por un parque sin que parezca una trinchera de guerra? Balonazo al canto y a traición, como debe ser, con un balón de esos de dudosa calidad pero de una dureza que llega a jugar Messi con ese tipo de balón y deja el futbol para meterse a culturista. Porque en un parque se debe recibir un balonazo ¿que vas distraído hablando por teléfono? Balonazo en la oreja y manos libres incrustado como debe ser, un balonazo de esos a traición que como te pase rozando te afeita el bigote ¡Niño, chuta más fuerte! Un buen balonazo de esos que te dejan el mapa de Asia con todas sus islas y haces que te acuerdes de ciertos familiares pero que, como buen adulto que eres, no nombrarás. Y ahí, las mochilas del colegio como porterías, ya se lavarán luego ¿mover el poste? De un balonazo y si no de manera disimulada cuando chute el rival.
Y luego cuando acabéis ¿al escondite? Me quedaré a mirar como elegís a uno que cae mal pero que os da pena para que se pase todo el rato buscando al resto mientras los que se esconden buscan los lugares más inverosímiles para que no les atrapen. Y si no ¿en serio es una variante? ¿y como dices que se llama, bote-bote? Ah, que consiste en ir a buscar una simple botella de plástico, llenarla con algo que pese y lanzarla para que uno vaya a buscarla mientras el resto se esconde ¡cuidado con los tobillos de la señora!.
Luego cuando acabéis llegará el padre con su hijo a enseñarle a montar en bicicleta, todas las medidas de seguridad ¿no es excesivo? Solo les falta un airbag, en mis tiempos eso no se estilaba, una bici sin marchas y cuyas pastillas de freno dejaban mucho que desear, ah vale, frenado tradicional, pie en el suelo y gastar deportiva, como debe ser, dejándote media deportiva en una frenada. Pero mira al padre como sujeta a su retoño mientras este alucina con la nula velocidad que lleva, pero míralo, con su casco, sus rodilleras, sus ruedas de seguridad, todo tipo de artilugios en la bici, y ¿te has fijado? En la cara del niño se refleja algo que perderá con los años: la felicidad del momento.
Quizás cuando llegue la noche la cosa cambie, los niños no serán tan niños y los juegos cambiarán por cigarros adulterados, o niños que juegan a ser mayores ¿quien no lo hizo? Un primer cigarrillo y un “no se como la gente puede hacer esto”, hacen bien de cuestionarlo pero seguirán durante un tiempo. Cuando caiga la noche los más vividos buscarán jugar con la ilegalidad, hablarán de temas prohibidos, contarán anécdotas prohibidas para los demás, se esconderán en la oscuridad de la noche mientras una pequeña a la vez que breve luz delata su posición. Alguna que otra cerveza o un grupo algo más escandaloso.
Por la mañana los niños volverán a pasar de camino a los colegios, con abuelos que madrugan para que sus nietos tengan una buena educación sin que estos sean conscientes de que esos viajes acompañados llegará un día en el que no se producirán. Cuando regresen los niños correrán a jugar al futbol con un balón que no para de rodar y botar, volverán las porterías de ropa, el ser sus propios árbitros mientras los que pasan cerca observan de reojo para no llevarse un balonazo, a un lado los padres hablarán entre ellos de como les ha ido la jornada, dejarán de ser padres por un instante para ser amigos, serán los jóvenes que un día fueron hasta que las voces de los más pequeños les haga regresar a ser padres.
Los chicos se irán con el balón y quedará el silencio.
Será entonces cuando abramos los ojos y veamos los parques vacíos, ya no quedan voces, ni balonazos, ni futuros ciclistas o patinadores. Ahora están enfrente a una pantalla, enganchados a una tecnología que nosotros les hemos permitido usar sin control, al fin y al cabo nosotros hacemos lo mismo. Ya no quedan niños en los parques, los balones han dejado de botar, las ruedas de patines y bicicletas han dejado de girar, quizás debamos pensar que hicimos mal para tener eso...un mundo de de pantallas llenas en parques vacíos.