2022-07-30
Hacía tiempo que quería tener un rinconcito así en Internet. Donde escribir, investigar y compartir. Sin el dolor de cabeza que dan los CMS convencionales y sus múltiples tentáculos y configuraciones. Ya trabajo a diario con ellos y lo que necesito al llegar a casa es desconectar.
Lichen me está facilitando mucho esta forma de trabajar. Puedo escribir directamente en texto plano como si de una aplicación de notas se tratara. Y después no tengo que hacer absolutamente nada. Tan solo mover el contenido a su carpeta, o enlazarlo y ya está.
Tampoco me preocupo de mantener dos versiones, puesto que al tener sintaxis gemini, apuntando ambos servidores a la misma carpeta, el contenido se muestra igual. Uno pasado por el template y el otro en bruto.
En cambio se me siguen abriendo frentes.
A saber:
- Generar un feed válido para cualquier lector. No puedo llamar blog a algo que no lleva RSS
- Añadir el timestamp automáticamente a cada nueva entrada. Me suelo olvidar de poner fechas
- Poner en orden mis ideas y reorganizar el sitio. Ahora mismo es un batiburrillo entre mi antigua cápsula y las nuevas entradas.
---
A ratos, también echo de menos algunos aspectos de Markdown.
Cuando en 2020 me propuse crear mi propio CMS (cosa que ya llevaba rumiando desde 2015, aunque contaba con nulos conocimientos técnicos), tenía muy claro que todo debían ser archivos. Que esos archivos debían ser fácilmente legibles, editables y exportables sin necesidad de una aplicación de terceros. Y que siguieran teniendo sentido una vez kaputt el software.
Para mi lo más frustrante en términos informáticos siempre ha sido la pérdida de información codificada por una cuestión de patente o formato. Confiamos ciegamente en que lo que metemos en una base de datos (x) saldrá descodificado por un terminal (y) y que seguirá siendo así, año tras año. Pero desconocemos si a esta información le afectarán los cambios de versión del software, los oportunos traslados de ficheros, o la codificación de la máquina.
~pabs