Sólo una noche - Anónimo

Te arrojaste a mis brazos

sin destino, ni futuro

envuelta en tu piel

láctea, mórbida, marmórea

con tus besos y los ojos

abandonados en el incendio.

Abriste tu alma y tu cuerpo

lo entregaste sin prejuicios,

-para eso habrá un mañana

tu vestido y las sospechas

las dejaste aventadas

al lado de la cama que

como reino conquistado

exploramos hasta agotarla

empapada de sudor y de fluidos

que bebimos

entre besos tiernos

y muchas perversiones.

El sol nos arrojó del tálamo

y nos abandonó en la realidad

demasiado tarde para hacer

las preguntas pertinentes,

pero apostaste todo

-quiero volver a verte

ambos sabíamos que

nuestra historia

ya había terminado.

Poesía Autónoma