¿Ahora el alcohol?

A lo largo de los años, conforme pasa el tiempo, este avance del tiempo lo voy percibiendo como envejecimiento. Cuando era un adolescente o adulto joven ni siquiera lo consideraba, pero desde que las canas empiezan a poblar mi cara y otras partes del cuerpo, comencé a necesitar lentes para ver de cerca y la convivencia con mis estudiantes demuestra que podrían ser hijos; los días y los meses los interpreto como envejecimiento. No lo asumo de una manera deletérea, aún, pero si como una serie de cuidados que confío me lleven a un buen sitio en el futuro, ya sea física, económica y emocionalmente.

El ejercicio fue una de las primeras cosas que se instalaron en vida rutinaria, después la sanidad financiera, muy recientemente el cuidado en lo que como, y finalmente en un comportamiento más ético con el mundo. Esta versión 2025 de mí, es muy distinta comparada con otros años. Entre los pendientes que tenía en mi proceso de renovación/envejecimiento está el alcohol. Sé que no es saludable, de hecho muy perjudicial (es un carcinógeno tipo uno: como el tabaco, arsénico y asbesto) y aunque lo disfruto, estoy muy consciente que debería eliminarlo o al menos reducirlo al mínimo, pero hasta el momento he fallado, honestamente lo disfruto, y no me refiero a embriagarme, esto si que lo deje hace años, pero su consumo en pequeñas cantidades me gusta.

Mi cuerpo y mi mente actúan de modos extraños, si solo uno de ellos trabaja en la eliminación de un mal hábito, fallo, pero inesperada o casi mágicamente un día se ponen de acuerdo y sin explicación ocurre el cambio deseado. Así me pasó con el tabaco, los productos de origen animal, el ejercicio, redes sociales, mis ideas políticas, entre otras.

Justo ayer creo que se gestó ese proceso. Desde hace mas de años grabo un podcast con mi hermano, que en realidad es un pretexto para vernos, platicar, hablar de libros o películas, comer algo rico y tomar unos tragos. El 99% de las veces estos encuentros de viernes son muy gratos, es un tipo interesante, inteligente que además me cae muy bien, y bueno también es mi hermano (jejeje), pero justo ayer por motivos inesperados e incomprensibles no llegaba la cena, y comenzamos a beber un poco de más, al final terminamos discutiendo por tonteras. Esto ya había pasado en otras ocasiones, haciendo la velada muy molesta, ya que derrumba su *letimotiv *tener una mejor relación entre hermanos, algo que de verdad deseo que ocurra.

Así que, hoy que me levante con una resaca muy coqueta, siento que es el momento de dejar el alcohol. Veamos si mi mente y mi cuerpo ya por fin llegaron a un acuerdo.

Diario de bicicleta